Después de más de quince años trabajando en Aula Joven, Elena Martín, Coordinadora del equipo de la oficina y del Campamento Aula, no cambiaría su trabajo por ningún otro. Trabajar con los niños y para ellos es lo que siempre quiso hacer y como dejan traslucir sus respuestas en la entrevista, no puede haber mayor motivación en su trabajo que la alegría y la diversión que transmiten los chavales cuando disfrutan de un campamento.
Cuéntanos brevemente cómo llegaste a Aula Joven y tu experiencia con nosotros
Hace dieciséis años, estaba estudiando Magisterio y me encontré con una amiga de mi hermana que iba a dejar un trabajo en Los Primeros del Cole. Yo no sabía ni que era aquello pero me ofrecí a sustituirla y a los tres días estaba dando el desayuno a un grupo de niños. No se me olvidan aquellos madrugones, entraba a las 7.30 de la mañana y el colegio estaba en la otra punta de Madrid pero yo estaba encantada. Durante muchos años impartí distintas actividades extraescolares, un poco de todo y fui de monitora a los campamentos de naturaleza. Más tarde empecé a coordinar un cole, luego un par de ellos y hasta ahora que me encargo de la coordinación del equipo de coordinadores de la oficina y de los campamentos de naturaleza y urbanos.
– ¿Por qué te gusta trabajar en campamentos de naturaleza?
Es el único momento del año en el que dejas de lado la oficina y todo lo que conlleva y te dedicas en exclusiva a los niños. Y además en el campo, ¡qué más se puede pedir! Cuando llega la primavera estoy ya deseando que llegue el campamento pero creo que eso le pasa a todo el equipo de trabajo. Son como una especie de vacaciones pero con mucho trabajo, parece incomprensible pero todo aquel que va, repite.
¿Qué crees que les aportan los campamentos a los niños?
Uff, ¡muchas cosas! Y a cada niño, el campamento le aporta aquello que más necesita: a ser autónomo, a aprender a relacionarse y compartir, a respetar a los demás , a estar con los monitores, personas que no son su papá ni su mamá y con los que, estoy casi segura, en algunos casos, se comportan mejor que con ellos, a ver que su tiempo libre tiene otras posibilidades que no son estar sentado delante de un aparato electrónico y a darse cuenta de la suerte que tienen al estar rodeado de amigos y en el campo.
– ¿Fuiste de campamento cuando eras pequeño?, ¿qué diferencias ves entre los campamentos de antes y los de ahora?
Parece raro pero, ¡nunca fui de campamento!
– ¿Qué les dirías a los padres para que apunten a sus hijos a un campamento?, ¿Y a los niños?
A los padres que si tienen posibilidad no dejen de darles a sus hijos esta oportunidad que les enriquecerá en todos los sentidos. Y a los niños… que si quieren diversión ¡ya saben donde estamos!