Hoy os dejamos la entrevista de Laura García, otra de las monitoras que llevan un montón de años en los campamentos Aula Joven. La de monitores queridos que nos ha dejado su grupo….
¿Cuál fue tu primera sensación cuando entraste al campamento? Sinceramente el primer día que entré por el campamento no sabía si me iba realmente a convencer. Yo estoy acostumbrada a la ciudad y eso de estar todo el día en el campo, con bichos y tierra me creaba bastantes dudas. Además estaba súper nerviosa porque no sabía si la gente que había allí me iba a caer bien. Al final resulta que me lo pasé tan bien que repetí hasta que me hice mayor, y todavía sigo conservando los amigos que hice el primer día de campamento.
¿Con qué idea entraste y cuál es la actual? Al campamento entré con bastante incertidumbre, nunca había estado en uno y pensé que haríamos deportes sobre todo y sendas. Ahora sé que va mucho más allá y que un campamento te desarrolla como persona, te ayuda a expresar tus emociones de una manera sana, te refuerza la autoestima y te hace aprender valores importantes en tu vida.
¿Cuántos años de monitor llevas de monitor, y de niño? De monitor llevo 5 o 6 años y cuando fui campista (ojalá esa etapa no hubiese acabado nunca) estuve otros 6 años. (Madre mía, cuantos años!!!)
¿Qué es lo que más te gustaba? Lo que más me gustaba sin duda era la convivencia, el hacer tu vida en un entorno distinto al cotidiano, dormir con tus amigos, y sobre todo ahora que he crecido y soy más consciente, el que hubiera una infinidad de actividades preparadas sin que yo tuviera que mover un dedo, eso era lo más genial, era imposible aburrirse.
Cuéntanos un recuerdo inolvidable: Pues pese a que el Vivac es una de las cosas que más pereza te da a la hora de realizarlo, mis mejores recuerdos, o los que tengo más nítidos vienen de ahí, de cómo aguantabas ronquidos toda la noche porque tu compañero de al lado roncaba mucho, de ir al bosque a cambiarte de ropa para que los chicos no te vieran, de llenarnos de barro hasta las cejas por ir muy lejos, y partirnos de risa y no poder movernos de allí. Eso y por supuesto la noche de los bailes, eso es un clásico.
¿En qué crees que ha cambiado tu vida desde que vas de campamento? Sinceramente pienso que si no hubiese ido de campamentos sería otra persona totalmente distinta. Me ha ayudado en el aspecto de relacionarme con el resto y expresarme con claridad a la hora de defender algo ya que yo era muy tímida. He aprendido que la vergüenza no te ayuda para nada en tu vida, y que con el respeto hacia las personas que nos rodean se pueden conseguir muchas cosas más.