La clave de nuestro éxito tiene nombre propio
¿Sabes cuál es la clave del éxito en nuestros campamentos de verano?
Podríamos hablar de nuestras instalaciones, de los entornos naturales donde cada año miles de niños y niñas viven experiencias únicas. Podríamos mencionar las actividades deportivas, los talleres creativos o las excursiones que llenan de vida cada día. Pero la verdad es que el verdadero secreto no está solo en lo que hacemos, sino en quiénes lo hacemos posible.
Hoy queremos contarte el secreto mejor guardado de Aula Joven.
La clave de nuestro éxito tiene nombre propio.
Detrás de cada sonrisa, de cada juego, de cada aventura, hay personas excepcionales que dedican su tiempo, su energía y su corazón a que todo funcione.
Si tiene nombre propio, se llama Elena Martín Morente.
Hablar de Elena es hablar de dedicación, esfuerzo, organización, respeto, continuidad y, sobre todo, sentido común. Ella es la coordinadora general de Aula Joven, la que dirige, coordina y acompaña a más de 125 monitores cada temporada, preparándolos para el trabajo más bonito del mundo: estar con los niños y niñas en un entorno natural donde la magia sucede cada día.
Desde hace más de 25 años, Elena lidera el Campamento de verano Valle del Tiétar en Piedralaves. Ha visto crecer generaciones de monitores, ha recibido a cientos de familias y ha sido testigo de cómo los niños y niñas vuelven año tras año, deseando repetir la experiencia. Su constancia y su cariño han hecho del campamento un hogar lejos de casa, un lugar donde la educación en valores se mezcla con la alegría del verano.
Gracias, Elena, por mantener viva la esencia de Aula Joven y por cuidar de todos los que pasamos por allí.
Si tiene nombre propio, se llama Raquel Arquero Vilches.
Raquel es sinónimo de cuidado, mimo y organización. Con más de 23 años de experiencia, conoce cada detalle, cada ritmo, cada necesidad. Su trabajo es discreto, pero su impacto es inmenso. Ella coordina con precisión todo lo que ocurre durante las Semanas Escolares, recibiendo a colegios de Madrid y alrededores que confían en Aula Joven para ofrecer experiencias educativas fuera del aula.
Además, Raquel dirige el Campamento de verano La Rivera de Eresma, un lugar donde la alegría, el respeto y el cariño se respiran en cada rincón. Allí los niños y niñas aprenden a convivir, a disfrutar del entorno natural y, sobre todo, a ser ellos mismos. Gracias, Raquel, por tu constancia, por tu dulzura y por demostrar cada día que educar también es cuidar.
Si tiene nombre propio, se llama María Pérez Olaz.
La más joven del equipo, con solo 29 años, María aporta frescura, alegría y una energía contagiosa. Desde hace cinco años es nuestra coordinadora nómada, siempre dispuesta a llevar la magia de Aula Joven allá donde va. Su mochila está llena de ideas, de canciones, de sonrisas y de sueños compartidos.
Ha coordinado en el Campamento de verano El Molino (Guadalajara), en La Senda (Matapozuelos), en El Pinar (Piedralaves)… y en muchos otros lugares donde ha dejado huella. María representa el espíritu joven y entusiasta que sigue empujando a Aula Joven hacia el futuro. Gracias, María, por recordarnos que esto no se acaba, que seguimos creciendo y aprendiendo cada día.
Y si tiene nombre propio, se llama Sena.
El más veterano, nuestro fundador, la persona que soñó con un proyecto que pusiera a los niños y niñas en el centro. Desde 1995, Sena ha cuidado, renovado y actualizado Aula Joven sin perder nunca la esencia: los pequeños son lo más importante. Su visión ha hecho que la empresa crezca con conciencia, con paso firme y con un profundo respeto por las personas.
Gracias, Sena, por demostrar que la educación puede ser alegre, responsable y transformadora.
Y sí, la clave de nuestro éxito tiene muchos nombres.
Tiene el nombre de Raúl, Mateo, Javier, Pablo, Olga, Alejandra, Carlos, Silvia, Vicky, Pilar, Miguel, Alberto, Ainhoa, Laura, Gema, Marcos… y de tantos otros coordinadores y monitores que, con su esfuerzo y cariño, han hecho posible que miles de niños vivan veranos inolvidables.
Aula Joven es más que una empresa: es una familia. Una comunidad que crece cada año, que se renueva sin perder sus raíces, que apuesta por la educación emocional, el respeto al entorno y la felicidad de cada niño y niña.
Porque al final, lo que nos une es una misma pasión: ver sonreír a los niños y niñas.
Esa es, y seguirá siendo, nuestra verdadera recompensa.
¿Yo voy! ¿Y tú?